viernes, 17 de diciembre de 2010

Hablar y/o pensar y/o viceversa

A veces sólo uno quiere hablar, hablar así por ser, sin pensar, sólo por mover la lengua y emitir esos sonidos articulados que organizadamente entendemos por "hablar". Otras veces queremos pensar, sólo pensar, mirar al cielo azulnubladoestrellado y pensar. Me pasa que cuando me encuentro en ambas situaciones caigo como en un trance. Un trance en que comienzo a relacionar lo uno con otro y lo otro con lo uno, tampoco dejo fuera a la otra con la una ni menos a la una con la otra. De alguna manera salto a otro tema, tema que está relacionado de alguna manera con lo que empecé hablando o pensando y que terminará relacionándose con lo que realmente quiero pensar y hablar, lo que vendría a ser la razón final de la empresa, algo que la gran mayoría de las veces no es consciente o se tienen muy pocos elementos para expresarlo claramente. Por eso, si dejas que tu mente y tu lengua se liberen un poco, comenzará este laberinto que parece sin salida, como esos cabellos rizados que se enredan (nada que ver con rizoma), como eso que va surgiendo de acá para allá y "de aquí pa' ya" como dijo el poeta. Sin darte cuenta de pronto llegas a eso. eso que no esperabas o que si esperabas, pero que no querías reconocer. Ese producto que, de tanto querer salir a la luz, sale así sin más, sale como quien dice "de repente". Y de repente te das cuenta de lo que estás pensando o hablando y te sientes bien o mal según el caso, a veces no te la crees, no sabes por qué razón piensas aquello si estabas seguro que no lo pensabas hace un rato, eso que no se te ocurriría decir... pero así no más, de pronto eso sale.

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